Muchas personas que vienen a Roma me preguntan si es posible visitar Florencia en un
día. Pues bien, desde Roma salen trenes rápidos desde la estación
de Termini y también desde Tiburtina (se puede llegar con el metro
B) y en una hora y media se llega a Florencia. Se pueden comprar los
billetes por internet, consultad trenitalia e italotreno.
La característica
principal de la ciudad es que el centro histórico se puede recorrer
a pie sin problemas. Si vais a estar sólo un día en Florencia,
este es el recorrido para no perderos lo esencial:
Desde la estación
de Santa Maria Novella dirigíos hacia la plaza de Santa Maria Novella, donde podéis contemplar
la iglesia homónima de la segunda mitad del siglo XIII. Desde allí,
podéis llegar a la plaza del Duomo, donde se encuentran los
edificios religiosos más importantes: la catedral
de Santa
Maria del Fiore, coronada por la
cúpula, el campanario de Giotto y
el baptisterio de San Giovanni.
La catedral se puede visitar gratuitamente, pero es mucho más
impresionante fuera que dentro.
Siguiendo hacia el
sur por la calle dei Calzaiuoli pasaréis delante de la iglesia de Orsanmichele, decorada con
esculturas (actualmente copias) y llegaréis a la plaza
de la Signoria. Aquí se encuentra el
Palazzo Vecchio,
que data de finales del siglo XIII y que actualmente es la sede del
ayuntamiento. Enfrente podéis observar una copia del David de Miguel
Ángel (el original se encuentra en la Galleria dell'Accademia). A
vuestra derecha tenéis la Loggia dei
Lanzi, un museo al aire libre donde,
entre otras esculturas, podéis admirar el Perseo con la cabeza de
Medusa de Cellini y el Rapto de las Sabinas de Giambologna.
Conectado al Palazzo
Vecchio se encuentra el imponente edificio que acoge la Galleria
degli Uffizi.
Si podéis dedicar al menos un par
de horas para visitarla, podréis admirar obras de Botticelli (La
primavera y El nacimiento de Venus), Michelangelo (Tondo Doni),
Leonardo da Vinci, Raffaello, Tiziano o Caravaggio, además de una
galería dedicada a esculturas antiguas y también pintura europea con
obras de Rubens o Rembrandt.
Si es la hora de
comer, acercaos a Via de' Neri, donde se encuentra el Antico
Vinaio, un pequeño local familiar
donde preparan bocadillos con pan de focaccia y con una gran variedad
de embutidos y salsas. Dejaos aconsejar por los camareros, saben lo
que se hacen. Si no coméis embutidos, como yo, tienen mozzarella y
otros quesos, y una variedad de verduras.
Si llegáis hasta el
Lungarno veréis el Ponte Vecchio,
dirigíos hacia allí y atraversadlo. Sobre el puente hay multitud de
tiendas de orfebrería.

Al otro lado del río, tenéis el Palazzo
Pitti,
que ha sido la residencia de los Medici, de los Lorena y, en el
período en que Florencia fue la capital de Italia, de los Saboya.
Acoge varios museos y es posible visitar los apartamentos reales y el
Giardino
di Boboli,
45 hectáreas de jardín a la italiana, un auténtico museo abierto.
Si aún queda tiempo, dirigíos a la Basilica
di Santo Spirito,
dentro se encuentra el Crucifijo de Miguel Ángel. Probablemente aquí
se acaba vuestra visita a Florencia. Para volver a la estación,
podéis coger un bus enfrente del puente de Santa Trinità, o
cruzarlo y seguir a pie dirección norte.
Si
habéis decidido quedaros en Florencia más tiempo, leed la próxima
entrada :)
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